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LA BODEGA

La enología de El Bayeh se distingue por un enfoque integral y minucioso, que comienza en el viñedo y culmina en la bodega, mostrando a lo largo de todo el proceso un profundo respeto por el terroir que define cada vino. El trabajo más importante se realiza en el viñedo, donde cada etapa del cultivo de la vid es manejada con precisión y dedicación.

PODA, DESBROTE Y EQUILIBRIO HÍDRICO

La poda y el desbrote son fundamentales para controlar el crecimiento de las plantas y asegurar que las uvas reciban la cantidad óptima de sol y aire. Estos cuidados, junto con una gestión adecuada del riego, son esenciales para mantener el equilibrio hídrico de las plantas, especialmente en climas variables.

LA VENDIMIA: MOMENTO DE COSECHA

La elección del momento adecuado para la cosecha es crucial, y en El Bayeh se pone especial atención a determinar el punto exacto de madurez de las uvas, asegurando que cada variedad alcance su máximo potencial en términos de sabor, acidez y azúcar. Este momento preciso es el que permite elaborar vinos que reflejan fielmente las características únicas de nuestro terroir.

VINIFICACIÓN

En la bodega continuamos con este enfoque cuidadoso y respetuoso que distingue a nuestra filosofía. Cada paso del proceso de vinificación se realiza con la máxima atención al detalle, desde la selección de las uvas hasta la fermentación y el envejecimiento del vino. Se emplean técnicas que respetan y realzan las particularidades de las uvas, permitiendo que los vinos expresen de manera auténtica su origen. La intervención mínima es clave para preservar la pureza de los sabores y aromas que provienen directamente del viñedo. Para nosotros la enología no es solo una técnica, sino una forma de honrar y expresar la singularidad de nuestro terroir a través de cada botella de vino.

FERMENTACIÓN Y CRIANZA

La diversidad de texturas y materiales de las vasijas utilizadas para la elaboración de nuestros vinos refleja al mismo tiempo un compromiso con la tradición y con la innovación. Cada tipo de vasija aporta características únicas al proceso de fermentación y maduración, lo que influye decisivamente en el perfil final de los vinos.

ÁNFORAS DE ARCILLA ESPAÑOLAS

Estas ánforas, provenientes de España, son una elección que honra técnicas ancestrales de vinificación. La arcilla, un material poroso, permite una microoxigenación controlada que suaviza los taninos y resalta la pureza de la fruta en los vinos. La textura terrosa de la arcilla también puede aportar sutiles notas minerales, creando un perfil aromático complejo y delicado.

VASIJAS TIPO COPA DE HORMIGÓN

Las vasijas de hormigón, moldeadas en una forma de copa, ofrecen una alternativa moderna que equilibra la tradición con la funcionalidad contemporánea. El hormigón es un material neutro que no impone sabores al vino, pero su porosidad, similar a la de la arcilla, permite una ligera oxigenación. Esto da como resultado vinos con una textura suave y una expresión más pura de las variedades de uva utilizadas. Además, la masa térmica del hormigón ayuda a mantener una temperatura constante durante la fermentación, lo que es crucial para una fermentación lenta y controlada. 

BARRICAS DE ROBLE FRANCÉS

Las barricas de roble francés aportan una dimensión elegante y sofisticada al envejecimiento de los vinos. La madera de roble francés es apreciada por sus granos finos y su capacidad para impartir notas de vainilla, especias y tostado, sin opacar la esencia de la fruta.

FUDRES

Además de las barricas, las vasijas y las ánforas, la bodega utiliza también grandes recipientes de roble francés llamados fudres, de 1.000 y 3.000 litros. Los fudres de mayor tamaño permiten una menor proporción de contacto entre la madera y el vino, lo que resulta en una integración más sutil de los taninos y una preservación más intensa de la fruta. Estos grandes recipientes son especialmente útiles para la fermentación y maduración de lotes más grandes, donde se busca una influencia más suave y controlada de la madera.